Gorbeia

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Artiñano Etxea se encuentra en las estribaciones (o bien: en pleno) del Parque Natural del Gorbeia, un lugar de los más visitados por los viajeros locales, aunque prácticamente desconocido fuera de nuestras fronteras.

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Aquí no tenemos tiendas de souvenirs, ni tampoco calles con paradas que ofrezcan postales y nuestros productos locales, tampoco estaciones de esquí, ni tampoco recibimos autocares atestados de turistas.

Aquí promocionamos la naturaleza que aún prevalece por no construir, aquí continúa activo el horno de pan, la quesería y demás productores locales donde tendrás que llegar desarrollando tu instinto explorador. El Gorbeia siempre ha sido para los habitantes de este valle la fuente de recursos naturales para el aprovisionamiento del hombre y aún prevalecen intactas las huellas de los carboneros, de los pastores y de los caleros.

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En invierno podrás disfrutar del paisaje nevado y en verano de un verde cegador, es una gran zona recolectora de todo tipo de frutos silvestres y de hongos, el valle también lo habitan mamíferos, que tan sólo se dejan ver a excursionistas silenciosos y mañaneros.

Nuestro caserío se encuentra en el barrio de Beraza, municipio de Orozko, el valle en el que vivimos es una zona fértil, de gran actividad ganadera y forestal. Eso en las zonas bajas, en las altas Orozko se encuentra rodeado de montañas que llegan a altitudes de 1.100m, y la más impresionante es el macizo del Itxina que justo corona el pueblo dejándose ver desde cualquier punto del valle.

ITXINA: TIERRA BAJO EL MAR

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Itxina es un karst, esto quiere decir que su piedra se va erosionando con el tiempo y la va transformando lentamente en nuevas formaciones, cavidades y simas. Desde nuestro caserío vemos la cara norte del Itxina, una cresta abrupta que se puede recorrer de punta a punta por su base pasando bajo el nacimiento del rio Aldabide. Durante las épocas de lluvias, las aguas que nacen del Aldabide descienden formando una cascada que se llega a divisar desde la zona del valle. Este camino va atravesando la cresta del macizo hasta llegar a bosques autóctonos de hayas que durante el otoño se convierten en una masa de bosque de tonos tostados.

También se puede cruzar de norte a sur por su lado este. Por aquí se llega a las atxas, unas rocas en forma de aguja frecuentadas por los escaladores del lugar, quien llega hasta estas alturas tiene una merecida recompensa: una impresionante panorámica sobre nuestro valle y desde unas campas de paisaje alpino a pesar de su escasa altitud.

Más allá de las atxas y cuanto más te adentres al macizo la recompensa siempre es mayor: el ojo de Atxulaor, la cueva de Supelegor o el nevero entre otros rincones.

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Si tu idea es disfrutar de la zona baja del valle y hacer excursiones más suaves se te abre un abanico de posibilidades para explorar. Desde nuestro caserío parten excursiones que puedes hacer tanto a pie como en bici hacia bosques de castaños, robles y hayas que atraviesan campos de ganado y permiten un chapuzón en pozas de la cuenca del río Arnauri. Muy cerca de aquí aún permanecen barrios intactos al paso del tiempo Ibarra o Usabel y caseríos de arquitectura popular euskaldun a los que puedes llegar subiendo hasta el barrio de Urigoiti.

Venir al interior de Euskadi es para aquellos viajeros que buscan rutas alternativas a la costa y a las ciudades vascas, es para aquellos que tengan interés en conocer el interior y la esencia de nuestro país.