Desde que abrimos Artiñano Etxea, nos dimos cuenta que teníamos una gran tarea a la que hacer frente: controlar nuestro gasto energético y hacer lo posible para que la casa fuera lo más responsable posible con el medio ambiente.

 

Una casa de tales dimensiones y antigua es complicada de calentar y conlleva un costo (energético y económico) considerable, así que uno de los primeros puntos de mejora incidía en eso directamente. Así que nos pusimos manos a la obra. La tradicional caldera de gasoil fue reemplazada por una gran caldera de biomasa mixta de leña y pellets. De esta forma, aprovechamos la leña que retiramos al limpiar de árboles caídos los terrenos de Gorbea y conseguimos calentar las estancias y el agua de Artiñano Etxea sin petróleo de por medio.

Una vez conseguido, seguimos pensando en la mejora continua; la compañía eléctrica tradicional era algo que tampoco nos convencía y el gran gigante energético con sus acciones medioambientales y sociales (a pesar de sus campañas de publicidad para convencernos de lo contrario) fue reemplazado por algo más acorde a nuestra filosofía. Desde este año, somos socios de la cooperativa gipuzkoana Goiener, que se adapta más a nuestra filosofía ya que, provee a sus socios de únicamente energía renovable, es local y el trato es tan personalizado que estás invitado a todas als asambleas que se celebran. ¿Los precios? Un poco más baratos que el gran gigante, algo que siempre ayuda.

El siguiente paso en mente tiene que ver con los químicos en el hogar; de aquí a poco tiempo queremos que los productos de limpieza que usamos sean ecológicos. A su tiempo ya nos hicimos con un generador de ozono que ponemos en las habitaciones para quitar olores y descargar el ambiente pero queremos ir más allá y que lo que usemos no acabe contaminando nuestras aguas.

Poco a poco, Artiñano Etxea va siendo más verde y os animamos a que vosotros también lo seais. Por nuestro bien, para que el futuro sea verde y no tan negro.